Un pez en la actualidad

 



Tras años de pasar por bolsas de plástico, peceras con corales falsos y estanques con aguas putrefactas, hoy me encuentro navegando en aguas diferentes.

Agarré una corriente hace poco que venía desplazándose desde inicios de la pandemia por mareas que parecieran trastocadas por Mercurio retrogrado; a pesar de que no creo en que este transito planetario sea del todo malo, este movimiento para la corriente que agarré al parecer ha sido dificultoso.
Sin embargo, esta marea no hace que me sienta dentro de una tundra o torbellino submarino, sino que todo lo contrario.

Muerdo a menudo mi objeto de salvaguarda por la ternura que carga, es una marea enérgica con ganas de flotar. He aprendido mucho este ultimo tiempo con sus flujos inconstantes... Un día afloja demasiado y al otro va más lento. Y yo nado rapidito y luego descanso y dejo que me lleve el movimiento.

Pero claro, al ser un pez de limitado espacio...el navegar en tal inmensa marea, por muy dulce, tierna, afectiva y maravillosa que sea; me aterra que o la marea me escupa en la orilla, o yo me deje ir con su corriente y caiga rendida a su movimiento, que fuera de ser gracioso parece ser como si oyeras "Chinese Dance de Tchaivkosky".

Hasta el momento prefiero seguir dejándome llevar por la kinestesia que puede provocar esta agua.





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